La tarta de queso es un postre muy popular en todo el mundo. Gusta a mayores y pequeños. Se sirve para postre o merienda. No tiene complicación alguna en su preparación.
La tarta de Queso se prepara de dos maneras: una, al horno y otra, en frío.
Ambas tartas son ricas y su aspecto final depende solamente de la destreza del que la prepara.
¿Qué tienen en común?
Ambas tartas llevan una base de galleta.
Es una galleta triturada fino, se le añade mantequilla derretida para formar una masa que se compacta fácilmente.
El sabor de esta masa depende del sabor de las galletas que se usan. En algunas ocasiones, se añade una o dos cucharadas de leche con el propósito de humedecer la masa, ya que la galleta ha resultado estar muy seca. Conviene probar la masa. Se le añade un poco de azúcar, si hace falta, aunque no lo ponga en la receta.
La masa de galleta se pone en un molde forrado y se deja en la nevera una hora. Estos es para que la mantequilla se solidifique.
¿Cuál es la diferencia?
El relleno, o la crema que se prepara para la tarta difiere en estas formas de elaborar.
La tarta de queso al horno lleva: queso, nata, huevos y harina. Solo componentes naturales.
La tarta de queso en frío lleva habitualmente Cuajo. Es un producto químico que se utiliza para la elaboración de quesos. Tradicionalmente, se extraían de los mamífero rumiantes.
Cada familia tenía en su despensa un trozo de cuajo. Hoy en día, el cuajo es un producto químico. Está dosificado en sobres y es muy fácil de usar, siguiendo las instrucciones del fabricante.
El sabor también es diferente. La tarta de queso al horno es más cremosa, suave e irresistible. En cambio, la tarta de queso en frío necesita menos tiempo para su elaboración. Aunque ambas necesitan de un tiempo de reposo.
En frío o en caliente, hay que preparar esta simple tarta. No hay nada mejor que un postre casero.
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